Misión a los aucas, un testimonio de muerte y perdón

Mincaye, un testimonio de muerte y perdón

por Mario Rodríguez Medina
Este guerrero huaorani participó en la matanza de cinco misioneros en la selva ecuatoriana en 1956. Tras la barbarie, familiares de los fallecidos viajaron a la Amazonía para evangelizar a los aborígenes.

El boom bananero levantaba la economía nacional en medio de la convulsión post Segunda Guerra Mundial y los ecuatorianos, sin saberlo, estaban a menos de un lustro de conocer la televisión. Eran los 50, específicamente septiembre de 1955.

Nate Saint en uno de los contacto con los aborígenes. Pocos días después fue la matanza

En aquellos días, cinco misioneros estadounidenses decidieron viajar a la selva ecuatoriana para acercar el evangelio a una tribu poco contactada, agresiva y temida por sus cercanos, querían llegar a los huaorani.

Jim Elliot, Nate Saint, Ed McCully, Peter Fleming y Roger Youderian dejaron atrás sus carreras universitarias, familia y amigos, y llegaron a Quito. Tras hacer un estudio de la situación, viajaron a la selva ecuatoriana, porque su afán era predicar en lugares recónditos, donde no se había escuchado hablar de Dios. 

Los primeros contactos con los aborígenes fueron desde el aire. Los misioneros sobrevolaban la zona en una avioneta, cerca del río Curaray, y lanzaban regalos a los locales, como una ofrenda de paz. Así terminó diciembre del 55.

Para el 2 de enero de 1956, los entusiastas jóvenes norteamericanos construyeron un campamento (Palm Beach) junto al río Curaray, cerca de los asentamientos huaoranis.
 
Elliot, Saint, McCully, Fleming y Youderian documentaban sus avances y los contaban a sus allegados. Con el pasar de los días, los contactos con los huaoranis, también llamados aucas, fueron en tierra. Parecía que la operación era un éxito.

 Pero su obra evangelizadora terminó abruptamente la tarde del domingo 8 de enero de 1956, cuando los cinco fueron emboscados y asesinados por seis nativos.
 
Ahí es donde aparece Mincaye Enquedi (Avispa en español), un guerrero huaorani que fue parte de la matanza. Según los relatos de los partícipes de la barbarie, fue Mincaye quien golpeó a Nate Saint y Ed McCully.
 
La muerte de los evangelistas tuvo un gran impacto en el mundo cristiano de la época. El crimen, en lugar de traer pesimismo y temor, motivó a cientos de jóvenes, principalmente norteamericanos y europeos, para llegar a países sudamericanos con su fe.

Roger Youderian (militar), Pete Fleming (máster en Filosofía), Jim Elliot (universitario), Nate Saint (aviador) y  Ed McCully (estudiante de Leyes)

En 1958, la viuda de Jim Elliot, Elisabeth; y la hermana de Nate Saint, Rachel, viajaron a la selva de Ecuador como misioneras, para continuar con el legado de sus seres queridos.

Con el pasar de los meses, llegaron más familiares, entre ellos el hijo de Nate Saint, Steve. La obra misionera vio sus resultados poco a poco. Entre los primeros convertidos al evangelio estuvo Mincaye.

Tras declarar su fe por el cristianismo, este guerrero se sintió en compromiso con las familias de quienes había matado dos años antes y se decidió a criar como suyo al hijo de Nate Saint.

Lo que para más de uno resulta incomprensible, fue la demostración de perdón, ya que Steve pasó a tener amor y respeto por quien mató a su padre. El hijo del misionero asesinado vivió entre los victimarios por casi una década.

En alguna ocasión, Mincaye le dijo a Steve: “Yo maté a tu padre... Mátame, no merezco vivir”. Steve abrazó a Mincaye y lo perdonó.

Con el pasar de los años, Steve viajó a Estados Unidos para estudiar, a fines de los 60. En 1994 murió su tía Rachel, quien había dejado su vida en la obra misionera en la Amazonía. Steve volvió a Ecuador para ser parte de las honras fúnebres. Fue ahí cuando recibió una invitación de la tribu huaorani para volver a vivir nuevamente con ellos.
 
Saint se mudó a la Amazonía ecuatoriana con su familia en 1995. Ahí, Mincaye lo acogió nuevamente como su familia. Los hijos de Steve ahora llamaban abuelo a quien mató a su verdadero abuelo.
  
Mincaye junto a Steve Saint en la selva ecuatoriana. Ambos mantuvieron una estrecha relación, de familia. www.itecusa.org

Tras convertirse al evangelio, Mincaye llevó su predicación a otras tribus. En 1997, este huaorani viajó a Estados Unidos por primera vez junto con Steve Saint. En el país norteamericano hicieron varias reuniones para contar su historia de muerte y perdón.

 “Mincaye viajó por Estados Unidos y Canadá contando la historia de su vida. Este increíble guerrero de la jungla que solo contaba hasta veinte en sus dedos de manos y pies, impactó personalmente a cientos de miles de personas en audiencias de hasta 45.000 personas.
 
La película en la que su vida juega el papel principal ahora se ha traducido a las lenguas maternas de aproximadamente una cuarta parte de la población mundial”, indicó Steve Saint en un escrito en honor al guerrero huaorani.

También viajaron a Ámsterdam, para participar en una convención evangelística de Billy Graham. El pasado 28 de abril Mincaye falleció. En redes sociales hubo diversas reacciones tras el suceso.

 “Conozco a Mincaye desde que era un niño, cuando me tomó bajo su protección y sus hijos me enseñaron a cazar. Era uno de mis amigos más queridos del mundo. Sí, él mató a mi padre, pero me amaba a mí y a mi familia. Uno de mis nietos se llama Mincaye. Te echaremos de menos, Maemae Mincaye, pero tenemos la certeza de que pronto te volveremos a ver”, escribió Saint.

Su nuera, Jessica Shea Saint, también tuvo palabras para Mincaye, en su muro de Facebook. “Dulce, siempre sonriente, siempre burlándose, riéndose constantemente... hasta pronto abuelo. Caminaste hasta el final de tu sendero y hoy estás en los brazos de tu Salvador. Qué impacto tuviste en este mundo. Dios escribió una increíble historia de amor y perdón a través de su vida. Estoy siempre agradecida de Dios por entrelazar nuestras historias. Mincaye, eres amado por tantos y no puedo imaginar lo grande que debe ser tu sonrisa ahora”.


“Partió al hogar celestial Mincaye, quien participó en el asesinato de los 5 misioneros el 8 de enero de 1956, pero después por la Gracia de Dios llegó a conocer de su ahora Salvador Jesucristo”, escribió en su perfil José Tipantuña Pacheco.
 
La historia de Mincaye y la familia Saint fue llevada al cine, con Más allá de las puertas del esplendor (2004) y en A punta de lanza (2006). En ambas adaptaciones se cuenta la matanza de los misioneros y la posterior conversión al cristianismo de varios de los huaoranis.

Película  A punta de lanza. Ver en Youtube

 

Publicado originalmente en El Telégrafo, de Ecuador


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Misión a los aucas, un testimonio de muerte y perdón Misión a los aucas, un testimonio de muerte y perdón Revisado por el equipo de Nexo Cristiano on febrero 10, 2023 Rating: 5
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