Por que aún debemos usar tratados y folletos para evangelizar - Primera parte


Desde que Johannes Gutenberg inventará la imprenta a mediados del siglo XV,  y transformara la difusión del saber. Los cristianos han sabido hacer uso de esa nueva tecnología para la difusión del Evangelio por medios de tratados impresos con contenido bíblico.  

En Alemania se distribuían miles de breves folletos escritos por el gran reformado Martín Lutero que se leían en las tabernas y otros lugares públicos, anunciando el mensaje de salvación en Cristo, solo por gracia. Método que se replicaría tiempo después en otros países europeos.  

En esta primera parte te compartimos un escrito del pastor y teólogo Reuben Archer Torrey, ( R. A. Torrey) escrito hace unos 100 años, basado en su propia experiencia. Y en la segunda parte,  sobre ministerios que se dedican a evangelizar con folletos y tratados, incluso algunos, aun en pospandemia, ofrecen tratados de excelente calidad de papel y diseño de forma gratuita a las iglesias que lo soliciten.  


El uso de folletos, por Reuben Archer Torrey

Introducción 

Realmente pocos cristianos se dan cuenta de la importancia de trabajar con folletos y tratados bíblicos. Yo había sido un cristiano por muchos años, y un ministro del evangelio por otros más, antes de entender que los folletos son de muchísimo valor en la obra cristiana. Yo había crecido con la idea que folletos eran basura, y entonces no me tomé el tiempo de leerlos, y mucho menos de entregarlos a otros, pero me di cuenta que estaba completamente equivocado. La entrega de folletos tiene grandes ventajas sobre otras formas de trabajo cristiano. 

Importancia y ventajas

Cualquier persona puede hacerlo

No todos podemos predicar; no todos podemos conducir cultos; pero todos podemos seleccionar folletos útiles y repartirlos a otros. Claro que unos de nosotros podemos hacerlo mejor que otros. Aún un ciego o un tartamudo puede hacer este trabajo con folletos. Es una línea de trabajo en que cada hombre, mujer y niño puede hacer. 

Un folleto siempre nos lleva al punto 

Ojalá que cada obrero lo hiciera, pero frecuentemente vamos a hablar con alguien, y el diablo es tan inteligente de causarnos de vagar a un punto sin importancia. 

Un folleto nunca explota en emoción

Tal vez tú haces esto a veces. He conocido a cristianos, aun ministros cristianos con mucha experiencia, quienes a veces se exaltan en la plática, pero no se puede hacer enojar a un folleto. Siempre se queda calmado y tranquilo. 

Frecuentemente las personas que son demasiado soberbias, que no dejan a nadie hablarles, leerán el folleto cuando nadie se entere. 

Hay muchos quienes te repudian en absoluto con un “no quiero hablarte” si tratas de hablarles sobre sus almas, pero si dejas un folleto sobre una mesa, o en otro lugar donde se cruce con tal tipo, puede leerlo y llegar a ser salvo. 

Un folleto se queda con la persona

Cuando hablas con alguien, luego se va, pero el folleto puede quedarse con él en su bolsillo. Hace unos años un hombre vino a ministerio de ayuda en Nueva York. Uno de los obreros trató de hablarle pero no quiso oír. Al salir, alguien le dio un folleto, que decía, 

“Si yo muriera hoy, iría a ________. Por favor, llénalo y fírmalo.” Entonces lo guardó en su bolsillo, y se fue a un barco porque era marinero. Llegando, lo puso en su cama. El buque zarpó para Liverpool. En el viaje, se accidentó, y lo mandaron a guardar reposo. 

Por días vio esta tarjeta sobre su cama, día y noche. Finalmente, dijo, “Si yo muero hoy, iría al infierno, pero no quiero ir allí, sino al cielo. Voy a tomar a Cristo ahora.” Llegó a Liverpool, y luego regresó a Nueva York, donde se bajó del buque y se fue a la misión y relató su historia llevando la tarjeta-folleto, la llenó y la firmó. El hombre se había olvidado toda la conversación que tuvo con ellos antes de salir en el viaje, pero el folleto se quedó con él. 

Los folletos guían a muchos a Cristo

El autor de un folleto “¿Qué es creer en el Señor Jesucristo?”, antes de morir recibió más de 1600 cartas de personas confiando en Cristo por leerlo. 

Propósitos para el uso de un folleto

Para la conversión de los incrédulos

Frecuentemente un folleto logrará el ganar a alguien a Cristo cuando un sermón o una conversación cara a cara han fallado. Hay muchos que si tratas de hablarles, no te dejarán; pero si pones un folleto en su mano y pides a Dios de bendecirlo, lo recibirá, y cuando esté a solas, lo leerá y Dios abrirá su corazón por el poder del Espíritu Santo. Uno de nuestros estudiantes me escribió en gran gozo de cómo ha logrado a ganar una familia entera para Cristo. Hubo trabajado con esa familia por mucho tiempo, y no pudo lograr nada con ellos. Un día, les dejó un folleto, y Dios usó este folleto para convertir a cuatro, de los cinco miembros de la familia. Un estudiante tuvo un estudio en un hogar, y por equivocación dejó su Biblia allí. La Biblia tenía un folleto adentro. Cuando el joven se había ido, el ama de casa vio la Biblia, la abrió, y vio el folleto y se sentó a leerlo. El Espíritu de Dios le llevó el mensaje a su corazón, y cuando el joven regresó para su Biblia, ella le dijo que encontró al Señor Jesucristo. El folleto hizo lo que él no pudo hacer personalmente. 

Una vez recibí una carta de un hombre diciendo, “Hay un hombre por acá quien he tratado de alcanzar pero no pude. Un día le regalé un folleto, y fue el instrumento de Dios para ganar a toda su familia. 

Para guiar a los cristianos a una más profunda y dedicada vida cristiana

Una vez alguien me envió a un pequeño folleto sobre la Segunda Venida de Cristo, que cambió toda mi vida. No creo que todo en el folleto era totalmente correcto doctrinalmente hablando, pero tuvo una verdad importante en ello, y me cambió. Hay una clase especial de personas para quien esta forma de ministerio es particularmente útil, los que viven donde no tienen otras formas de ventajas espirituales. Tal vez alguien que tiene una vida de derrota, y deseas que esta persona sepa qué es realmente la vida cristiana. Quizás su pastor no es un hombre espiritual, o tal vez no sabe bien las profundidades de las cosas de Dios. Lo más sencillo, en este caso, es poner un folleto en un sobre y que Dios le ayude a abrir sus ojos. 

Para corregir el error

Esto es algo muy necesario en el día en que vivimos. El ambiente está lleno de error. En nuestro trabajo personal, no siempre tenemos tiempo para delinear con detalles todo para aclarar los errores, pero frecuentemente podemos regalarle un folleto que puede hacer el trabajo mejor que nosotros. Si tratarías de guiarle de su error por discutir, tal vez llega a argumentos infructuosos, pero con un folleto los temperamentos no se calientan tan fácilmente. El que anda en error no puede discutir con el folleto. Por ejemplo, toma las personas que está en error sobre en qué día adoramos a Dios. Puede tomar mucho tiempo para convencer tales personas, pero un folleto sobre el tema puede ser usado por Dios para guiar a muchos del legalismo a la gloriosa libertad del evangelio de Cristo. 

Para poner cristianos a trabajar

Nuestras iglesias están llenas de miembros que hacen nada. Pero un buen folleto puede ponerles a trabajar. Sé de un joven quien trabajaba en una fábrica en Massachusetts. Era normal, un tipo no muy educado, pero alguien le dio un folleto sobre el testificar. Lo leyó, y leyó de nuevo, y dijo, “No estoy haciendo lo que debo por Cristo.” Empezó a trabajar con sus compañeros de trabajo, invitándoles a venir a la iglesia con él, y de escuchar a los sermones. No satisfecho con esto, empezó a testificarles. Todavía no era suficiente, y entonces, empezó a tener cultos él mismo para ganarles a Cristo. Al final, trajo una campaña de evangelización a su pueblo. Este joven solo era responsable para todo esto, y todo empezó con él leyendo a un folleto. También fue instrumental en organizar una sociedad para animar los muertos e inactivos cristianos por su área, y enviarles a trabajar para el Señor Jesucristo. 

¿Quién debe usar folletos?

Ministros del Evangelio deben usarlos 

Muchos ministros hacen constante uso de ellos en sus labores pastorales, dejando selectos folletos donde hacen sus visitas pastorales, y regalando folletos que van con los pensamientos de sus sermones. Es dicho del reverendo Edward Judson de Nueva York, que casi no hacia una visita sin tener varios folletos seleccionado en sus bolsillo que son para cada grupo de la familia, hasta unos para los niños. “Al final de un culto vespertino, frecuentemente pediá a un hermano de tomar el cierre del servicio, mientras que él iba entre la congregación para regalar un folleto, a la vez para saludarles. En esta forma tiene un encuentro personal con cada uno de su congregación, y puede dar un cordial bienvenido a los que les visitan, y dejarles un mensaje de Dios en su mano. A lo menos una vez al año, selecciona un folleto que tiene una muy buena presentación del evangelio. En él imprime el horario de los cultos, y usando su iglesia como punto céntrico, pone este folleto a cada casa adentro de una distancia de su iglesia, no importando qué condición tengan o a qué iglesia pertenecen. A veces ha usado 10,000 folletos en una distribución, y ha visto buenos frutos.” 

Maestros de Escuela Dominical

Cada maestro de Escuela Dominical debe siempre estar pendiente sobre buenos folletos para sus alumnos. En esta manera, se puede aumentar su impacto sobre las vidas de sus estudiantes, mucho más que es posible en una hora en un domingo. 

Hombres viajando en su trabajo

Hombres que tienen que viajar por razones de su trabajo tienen una oportunidad rara de hacer un excelente trabajo con folletos. Tienen contacto constantemente con diferentes personas, y a veces llegan a conocer a algunos de ellos y sus necesidades. Un cristiano astuto puede llevar una buena selección de folletos, y puede lograr una tremenda obra y bien. 

Hombres de Negocios

Hombres de negocios pueden usar folletos para buena ventaja con sus socios y conocidos. Pueden hacer un excelente trabajo con sus propios empleados. Muchos hombres de negocios insertan un folleto en cartas que mandan a otros en el transcurso de su negocio, y logran un eficaz ministerio para su Maestro. 

Maestros de la Escuela

Es muy difícil para maestros de escuela en unos pueblos y ciudades a hablar mucho con sus estudiantes sobre las cosas de Dios. Frecuentemente las reglas de las algunas iglesias prohíben esto enteramente, pero un sabio maestro puede aprender sobre sus estudiantes y sus hogares, y pueden darles folletos adaptados para sus necesidades. 

Amas de Casa 

Cada ama de casa debe tener una buena colección de folletos. Puede regalar estos a las personas con quien ella se encuentra en el transcurso de un día. También puede darles a los que vienen a visitarla. Solamente en la eternidad nos daremos cuenta de los resultados de todo esto. 

Cómo usar folletos

Para empezar una conversación

Una de las dificultades en la obra cristiana es dónde empezar. Ves una persona a quien deseas empezar a compartir al Señor Jesucristo. La gran dificultad es donde empezar. Es bastante fácil de hablar después que has empezado una conversación, pero ¿cómo vas a empezar a una conversación natural y sin incomodarte ni a él? Lo más fácil y simple es por empezar con regalarle a un folleto. Después que ha leído el folleto, una conversación sigue naturalmente. 

Una vez yo andaba en un tren con muchas personas. Pedí a Dios para una oportunidad para guiar a alguien al Señor. Estaba atento a una oportunidad cuando dos jovencitas entraron. Pensé que reconocí a una como la hija de un cristiano conocido. Ella se fue buscando un asiento, y se sentó frente a mí, y agachó su cabeza a decir una oración antes que descendiera en la estación próxima. Supe que era ella. Saque uno de los folletos de mi bolsillo, uno que me parecía mejor en su caso, y se lo regalé. Después de orar para que Dios lo usara. Empezó a leerlo, y yo empecé a orar. Cuando había terminado de leerlo, le pregunté qué pensó de ello. Empezó a llorar allí, y en unos momentos ella había puesto su fe en el Señor Jesucristo como su Salvador personal. Después ella me dijo, “Gracias por lo que ha hecho en ayudarme a encontrar a Cristo.” 

Usa a un folleto para cerrar a una conversación

Como regla, cuando has terminado de hablar con alguien, no le dejas sin dejarle algo para leer cuando llega a su casa fin de día. Si la persona ha aceptado a Cristo, dale algo para ayudarle tener éxito en su vida cristiana. Si la persona no ha aceptado a Cristo, algún otro folleto seleccionado para sus necesidades particulares será mejor. 

Usa folletos donde una conversación es imposible

Por ejemplo, una noche al final de un culto de evangelismo en la calle en Chicago, me fui por un pasillo cuando un hombre me paró y me indicó que su esposa tuvo interés en recibir salvación. Estaba llorando, y traté de hablarle, pero su idioma era diferente y casi no entendía nada. Logró decirme “No hablamos inglés.” No había entendido ni una palabra del sermón, supongo, pero Dios había llevado algo a su corazón. Eran noruegos, y no pude encontrar nadie que hablara ese idioma. Pero tenía un folleto en noruego que les regalé. De tiempo en tiempo, he encontrado personas interesadas, pero que no hablaban mi idioma, y no hubiera podido comunicarme con ellos excepto por darles un folleto en su idioma. 

Un día, cuando llegué a comer, encontraré a un sueco esperándome, y me dijo que tenía a alguien afuera que quería hablar conmigo. Fui con él, y me presentó a un noruego, muy rudo. El sueco lo había encontrado borracho en una calle, y lo jaló al instituto para que yo hablara con él. No hablaba inglés, y tuve que usar al sueco como interprete. Le explique lo más claro que pude al sueco pero no hubo claridad en la interpretación. Al final puse un folleto en noruego en sus manos, y este folleto pudo hablarle perfectamente a este hombre. 

Frecuentemente una conversación es imposible por el lugar donde encuentras a las personas. Por ejemplo, puedes estar en un tren y quisieras hablarle a alguien, pero ni es sabio hacerlo, ni es posible, pero puedes orar y dar a la persona un folleto que le ayudaría. Está bien con hablarle unas palabras, y regalarle un folleto, y pides a Dios de bendecirlo. 

Usa folletos para enviarlos a personas en una gran distancia

No cuesta tanto enviar un folleto. Puedes enviarlos a los fines de la tierra por unos centavos. Especialmente puedes enviarlos a personas que viven donde no hay la predicación del evangelio. Hay miles de personas en diferentes secciones de este país donde no se escucha la predicación del evangelio. Será imposible de enviar un predicador a todos estos, pero puedes enviar a un folleto que hará la predicación por ti. 

Sugerencias para el uso de folletos

Siempre lee los folletos antes de dárselos a otros

Esto es muy necesario. Folletos pobres abundan hoy, y folletos que contienen mala doctrina también. Están en circulación por los millones, y uno necesita vigilar para que en la distribución de folletos, no hagas más mal que bien. Claro que no podemos leer los folletos en otros idiomas, pero podemos pedir que nos traducen estos, y es sabio hacerlo. 

Selecciona tu folleto para la persona a quien vas a dar

¿Qué bien hace dar un folleto a alguien que no necesita tal tema? Lleva siempre una selección de folletos contigo. No dije una gran colección, sino unos selectos. Los folletos son interminables, y muchos son inútiles. Selecciona los mejores, y clasifícalos para diferentes tipos de personas con quienes te encuentres en la calle.

 Busca la ayuda de Dios

Esto es de la más alta importancia. Si hay un lugar donde Dios tiene que darte sabiduría del cielo, es en la selección de folleto, y en su distribución. Busca la bendición de Dios sobre el folleto después que lo has regalado. 

Frecuentemente da folletos con unas palabras y oraciones subrayados

Los hombres son curiosos, y leerán las partes que otros han subrayado. Es bueno tener un folleto en tu oficina. Las personas entrarán y lo leerán. Conozco a un hombre quien puso unas palabras sobre su pisapapeles, y cuando muchos entraron a su oficina, lo vieron, e hizo mucho impacto sobre ellos. 

Nunca tengas vergüenza en distribuir folletos

Muchos reparten folletos como avergonzados de lo que están haciendo. A las personas no les gustaría leer algo si tú tienes vergüenza de ello, pero si tienes la actitud de que estás dándoles una bendición, algo que vale la pena a leer, leerán a tu folleto. Es buen decir, “aquí hay un folleto de lo cual me ha bendecido. Me gustaría que pudieras leerlo.” 

Nota: Versión actualizada y traducida por el el misionero David Cox

Sobre al autor: 

Reuben Archer Torrey nació en Hoboken (New Jersey, EE.UU.). Su padre era congregacionalista y su madre presbiteriana. Ella le influenció más de lo que se puede calcular en el terreno de la oración viva. 

Estudió en la Universidad de Yale (A.B., 1875) y en la Facultad de Teología (B.D., 1878). Ordenado al ministerio de la Iglesia Congregacional en 1878, fue pastor en Garrettsville (Ohio, 1878---82); al cabo de cuatro años decidió ir a Alemania a proseguir sus estudios durante un año. Estuvo en Leipzig y Erlangen, con profesores como Delitzsch (1813-90), Luthardt (1823-1902), Kahnis y Frank, que le fueron de mucha ayuda. Allí abandonó las ideas de la alta crítica que hasta entonces había mantenido. 

De regreso a Estados Unidos trabajó en un pequeño punto misionero de la Sociedad Misionera Congregacional de Minneapolis. En 1889 D.L. Moody (v.) le invitó a ser el director del nuevo Instituto Bíblico de Chicago (hoy Instituto Bíblico Moody). Función que ejerció hasta 1908, combinada con un pastorado en la misma ciudad.  

Entre 1902 y 1906 emprendió una serie de notables campañas evangelísticas, acompañado por el solista Charles M. Alexander. Viajaron por Australia, Tasmania, Nueva Zelanda, India, China, Japón, Gran Bretaña, Alemania, Canadá y, finalmente, Estados Unidos. Se calcula que predicó a unos quince millones de personas en ese período. Miles fueron convertidas. “Yo predico cuatro grandes verdades —escribió—. Predico toda la Biblia de tapa a tapa. Acepto todo, no excluyo nada. Predico el poder de la sangre de Cristo para salvar: la doctrina de la expiación. Predico la personalidad del Espíritu Santo. Predico el poder de la oración.”  

Nombrado decano del Instituto Bíblico de Los Ángeles (1912-24) y pastor de la Iglesia de la Puerta Abierta, en dicha ciudad (1914-24). Durante ese tiempo no abandonó las campañas de evangelización en su patria y en el extranjero, al tiempo que organizó las Conferencias Bíblicas de Verano de Montrose (Pennsylvania). Los cuatro últimos años de su vida los ocupó dando conferencias y enseñando en el Instituto Bíblico Moody. Fue un personaje muy influyente en el mundo evangélico americano. Jugó un papel importante en la fundación de la Asociación Fundamentalista Cristiana Mundial. 

Durante sus días de estudiante fue un escéptico incapaz de aceptar la fe cristiana. “No negaba —escribe—, me preguntaba. No era un ateo, era un agnóstico. No sabía, pero estaba decidido a encontrar si había Dios.” Convencido de la identidad de la Biblia como Palabra de Dios, su “mayor gozo durante años fue poder sacar a muchos de la confusión y miseria de la incredulidad y llevarlos a la clara luz y abundante gozo de una fe inteligente en Cristo y en la Biblia” (Evidencias..., pp. 7,103).

Fuente: Editorial Clie


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