Mary Jones, su Biblia y el nacimiento de las Sociedades Bíblicas Unidas


La verdadera historia de Mary Jones y su Biblia, por Graham Chewter


E scondida entre las montañas de Gales una niña llamada María Jones, deseaba de todo corazón tener una Biblia en su propio idioma. Pero este libro escaseaba y era muy costoso, así que María caminaba 6 km cada sábado, para poder leerla en la casa de una vecina. En 1800, después de seis años de sacrificio y ahorro, tejiendo, cuidando niños, cultivando verduras y ayudando a los granjeros, logró reunir el dinero suficiente para comprar una Biblia. Emprendió un trayecto de 40 km a pie, hasta el pueblo de Bala, donde un pastor llamado Thomas Charles podría venderle su tan deseada Biblia en galés.Este es un resumen de su historia que dio nacimiento a las Sociedades Bíblicas Unidas, y al pie del post, incluimos el enlace para descargar el libro Mary Jones y su Biblia, escrito por Ditteke den Haan, con ilustraciones de Ella van der Bas-Bakker.

A través de los años, numerosos autores han escrito libros y artículos acerca de Mary Jones y su Biblia, transformando la historia más bien en ficción con su gran imaginación. No obstante, los elementos narrativos básicos son ciertos y se pueden verificar a partir de registros galeses de esa época, que fueron traducidos al inglés en años más recientes. 


Mary Jones, 1784 – 1864 

El hermoso país de Gales se extiende por tan sólo 209 kilómetros de norte a sur y por 64 kilómetros en su parte más angosta en el centro. Durante 64 años el Rey Carlos III, actual monarca de Inglaterra, fue el Príncipe de Gales pero ahora su hijo, el Príncipe Guillermo, asumió ese rol. 

El extremo noroeste de Gales es una parte excepcionalmente hermosa del Reino Unido, que presume de majestuosas montañas y encantadoras vistas de sus valles. En un día soleado se puede disfrutar de un paisaje sereno mientras ovejas y vacas muy contentas se alimentan de la hierba verde y fresca. 

Este fue el mundo que conoció la notable—y ahora famosa— Mary Jones, hija única de Jacob y Mary (Molly) Jones, nacida el 16 de diciembre de 1784 en el pequeño pueblo de Llanfihangel- y-Pennant. Situado a los pies de la montaña Cader Idris, este poblado fue parte del condado de Merioneth pero ahora pertenece a Gwynedd. En la actualidad la belleza del paisaje en esa zona puede parecer idílica, pero lo cierto es que encubre la dura realidad de que para muchos de sus antiguos habitantes, sobrevivir fue una lucha diaria. 

Poco después del nacimiento de Mary la familia se trasladó a una casita de campo llamada Tyn-y-Ddol, ubicada a unos 800 metros de Llanfihangel. La casa era de piedra de la zona y estaba ubicada junto a un arroyo que les proporcionaba agua para beber y para los quehaceres domésticos. Tenía una gran chimenea que funcionaba como cocina y en los difíciles meses de invierno protegía del frío. La tienda de comestibles más cercana quedaba a tres kilómetros de distancia, en Abergynolwyn, mientras que el centro de comercio más próximo se encontraba a unos catorce kilómetros o cuatro horas de camino, aproximadamente. 

Los padres de Mary eran pobres y no sabían escribir. Su papá sufría de asma pero aun así trabajaba largas jornadas como peón en una finca. Falleció a la temprana edad de 30 años St Michael’s Church, Llanfihangel-y-Pennant. Mary Jones vivió en esta parroquia la mayoria de su infancia 3 dejando a su esposa y a la pequeña Mary, de tan solo cuatro años de edad, lamentando su pérdida. 

Es muy probable que Mary y su madre tuvieran una rueca en la casa, como tantas otras familias del siglo 18 y al igual que a otros niños, a Mary se le exigiera desde muy pequeña que ayudara en las tareas domésticas y en diversas obligaciones. 

Tiempos de bendición en Gales 

Algunos años antes de que Mary Jones naciera, Gales experimentó una época extraordinaria de avivamiento espiritual. Dios levantó grandes predicadores como Howell Harris, Daniel Rowland y William Williams (autor del famoso himno «Guíame tú, oh gran Jehová»), quienes predicaron a lo largo y ancho del territorio a multitudes que escuchaban con atención el mensaje de la gracia de Dios por medio del evangelio. Estos predicadores a menudo enfrentaron gran oposición pública, abusos e incluso ataques físicos por parte de aquellos que los odiaban; aun así, miles de personas reconocieron sus pecados y se arrepintieron delante de Dios, obteniendo el perdón a través de la fe en la muerte expiatoria de Cristo en la cruz. Buena parte de estos nuevos creyentes tuvieron dificultad para encontrar alimento espiritual en sus iglesias parroquiales locales, situación que finalmente dio lugar a la formación de una nueva denominación conocida como los Metodistas Calvinistas Galeses. Se construyó un buen número de capillas para adorar a Dios los domingos, mientras que durante la semana los creyentes se reunían en casas a fin de compartir entre ellos la experiencia de la gracia de Dios y animarse unos a otros. 

La madre de Mary, Molly, era miembro de la capilla metodista calvinista más cercana en Cwrt, cerca de Abergynolwyn, y cada semana Mary, con su madre y sus amigos, caminaba los tres kilómetros de distancia para escuchar un mensaje basado en la Biblia, la Santa Palabra de Dios. A la tierna edad de ocho años el Señor tocó el corazón de Mary con Su gracia, atrayéndola a confiar sólo en Cristo para su salvación. Por esta razón fue aceptada como miembro de la Sociedad Metodista. 


Thomas Charles 

Para cuando Mary alcanzó la juventud la mayoría de los primeros predicadores de aquel avivamiento habían fallecido, pero Dios ya había llamado una nueva generación de jóvenes como Jhon Elías y Christmas Evans a predicar la Palabra. Entre éstos se encontraba el reverendo Thomas Charles, educado en Oxford y quien además estudió teología en Olney, Buckinghamshire. Bajo la buena y positiva influencia de John Newton (autor del himno «Sublime gracia») y de otros predicadores conocidos, que también estuvieron una temporada en esa ciudad, en 1783 Charles comenzó un largo y fructífero ministerio en la población de Bala, al norte de Gales, desde donde se aprecia el atractivo lago de Bala y las verdes montañas que lo rodean. Este lago es el más grande de los cuerpos hídricos del interior de Gales; su nombre en galés es Llyn Tegid, que significa «lago de la serenidad». 

Durante el ministerio de Thomas Charles en Bala hubo ocasiones en las que hasta dos mil personas acudieron para escucharle hablar de la palabra de Dios, y en más de una oportunidad predicó ante una multitud de aproximadamente veinte mil personas. Preocupado por la vida de la gente en todo el país, a menudo realizaba largas giras de predicación; algunas veces se reunían en granjas y otras veces al aire libre.

De niña Mary conoció a Thomas Charles porque en ciertas ocasiones él predicó en la capilla de su pueblo en Cwrt. Thomas era un hombre de gran sabiduría, energía y capacidad de organización. Un amigo cercano lo describió como: “ (…) de estatura moderada, algo corpulento (de complexión fuerte), con un físico bien formado, apuesto, bien parecido, de buen ánimo, ágil, caballeroso, reflexivo y juicioso.¹ 

Thomas Charles estaba interesado en las necesidades espirituales y educativas de la población, así que estableció “escuelas rotativas” que funcionaban durante la semana y también escuelas bíblicas dominicales. Los maestros enviados animaban a todos los habitantes (de todas las edades) a aprender a leer y escribir. Nadie pagaba por las lecciones pues el reverendo Charles asumía el costo de los maestros en base a las generosas ofrendas que recibía de sus amigos en Inglaterra. Los maestros dictaban clases por aproximadamente seis meses antes de continuar en el próximo pueblo. Algunas veces Thomas Charles visitaba las escuelas para comprobar el progreso de los alumnos y, con la amabilidad que lo caracterizaba, los animaba a perseverar. 

La gran aspiración de Charles era que todas esas personas tuvieran la oportunidad de aprender a leer y luego pudieran conversar sobre la Biblia y su mensaje. La costumbre de la época era memorizar capítulos completos e incluso libros enteros de la Biblia. Tal fue el éxito de este método de educación que muy pronto Gales llegó a ser uno de los países más alfabetizados de Europa. Las escuelas rotativas se convirtieron en medios de gracia para que millares de personas recibieran bendición a través de la lectura de la Biblia. 

Aprendiendo a leer 

Poco antes de cumplir diez años de edad, una de esas escuelas rotativas llegó al pueblo de Mary, Abergynolwyn. La niña aceptó encantada la oportunidad de asistir y aprender de su maestro John Ellis y posteriormente de Lewis Williams, con quienes avanzó enormente en su capacidad lectora. Su libro de texto fue la Biblia en galés, una traducción excelente y majestuosa del obispo William Morgan publicada por primera vez en 1588 y revisada en 1620. Esta traducción, de la misma calidad y precisión que la Versión Autorizada (King James) inglesa, tuvo tal influencia en Gales que, sin su uso generalizado por generaciones, posiblemente el galés no sería una lengua viva hoy en día. 

La habilidad para leer recién adquirida profundizó en Mary su interés y amor por la Palabra de Dios. Una y otra vez exclamaba para sí: “¡Cuánto desearía tener mi propia Biblia!” Un deseo imposible (…) al menos por el momento. Un día la Sra. Evans, esposa de un agricultor de la zona, amablemente invitó a Mary a visitarla en su casa para leer la Biblia familiar que tenían en el salón. Mary recibió la invitación con alegría y en su tiempo libre, cualquiera fuera el clima, caminaba los tres kilómetros hasta la casa de la Sra. Evans para leer la palabra de Dios. 

cualquiera fuera el clima, caminaba los tres kilómetros hasta la casa de la Sra. Evans para leer la palabra de Dios. 

El viaje en busca de la Palabra de Dios 

Para ese entonces Mary había resuelto trabajar muy duro a fin de ahorrar los tres chelines y seis peniques que costaba comprar una Biblia. Al valor de hoy esa cifra equivaldría a $50 aproximadamente, una cifra accesible para nosotros, pero para una muchacha de finales del siglo 18 golpeada por la pobreza, reunir ese dinero representaba un reto gigantesco. Resuelta a conseguir su objetivo, trabajó arduamente y ahorró lo más que pudo semana tras semana, mes tras mes. Criaba gallinas y vendía los huevos y la miel de su colmena extra de abejas, además se dedicó a la costura. Un día devolvió a su dueño una cartera que se había encontrado y como recompensa por su honradez recibió feliz una moneda de seis peniques. En sus propias palabras ella cuenta que: 

“Un lunes por la mañana iba caminando en medio de un clima tempestuoso hacia una finca ubicada más o menos a un kilómetro y medio de mi casa. En eso, un hombre en un caballo blanco y usando una capa, se acercó a mí y me preguntó hacia dónde me dirigía entre tanta lluvia y viento. Le dije que iba a una finca donde tenían una Biblia, que en mi pueblo no había ninguna y que la señora de la casa me permitía leerla en su sala si me quitaba los zuecos antes de entrar. También le dije que por algún tiempo había estado ahorrando con gran esfuerzo para comprar una Biblia, pero que no sabía dónde las vendían. El hombre a caballo resultó ser Charles de Bala. Me dijo que fuera a su casa dentro de cierto tiempo, que él estaba esperando Biblias desde Londres y que se la podía comprar a él.”

El reverendo Charles vivía en Bala en una casa amplia en la calle principal, a cuarenta kilómetros de distancia del pueblo de Mary. El desván de su casa era grande y allí celebraba reuniones de oración y entrenaba a los maestros antes de enviarlos a pueblos y aldeas. Parte de la casa era una concurrida mercería y tienda de comestibles dirigida por su diligente esposa, Sally. Bala era una de las ciudades comerciales principales del norte de Gales donde se vendían cantidades considerables de prendas de lana. El día de mercado acudían numerosos compradores y el valor de las ventas de productos de lana podía llegar hasta £500.00, lo que actualmente equivaldría a casi $114,000 aproximadamente. 

Pasado algún tiempo Mary, ahora de casi 16 años, logró reunir suficiente dinero para hacer el viaje hasta Bala. Con tal de tener su propia Biblia, no consideró la distancia o los peligros del camino, cualesquiera que estos fueran. Caminó descalza (como tantas personas hacían en aquellos días) sobre el monte Cader Idris, pasó junto a los lagos abajo y cruzó arroyos de la montaña a través de bosques y campos para llegar a su Sendero a través de Cader Idris 9 destino. Una vez más, Mary relata en sus propias palabras su inolvidable experiencia: 

“Cuando llegó el momento de ir a comprar mi Biblia, mi madre puso el dinero y un poco de pan y queso en un extremo del bolso y mis zuecos en el otro extremo. Salí hacia Bala en una bella mañana, deteniéndome a descansar y comer mi pan y queso donde hubiera un arroyo de agua clara. Llegué a Bala y, temblando, llamé a la puerta de la casa del Sr. Charles. Cuando abrieron, pregunté por él y me dijeron que estaba en su estudio en la parte trasera de la casa. Me permitieron ir a verle y allí me dijo que las Biblias no habían llegado aún. Comencé a llorar porque no tenía donde quedarme. El Sr. Charles me envió entonces con un viejo criado suyo cuya casa se encontraba al fondo del jardín, y allí estuve hasta que llegaron las Biblias. El Sr. Charles me dio tres Biblias a cambio del dinero que le entregué, es decir, tres por el precio de una. Partí hacia mi casa con mi preciosa carga, corriendo la mayor parte del tiempo, ¡estaba tan feliz de tener mi Biblia!” 

Mary Jones no fue la única joven ansiosa por tener su propia copia de la Biblia. En una carta enviada a un amigo, el reverendo Charles cuenta que “mujeres jóvenes, sirvientas, han caminado alrededor de 48 kilómetros hasta mi casa con la leve esperanza de conseguir una Biblia, y han regresado a sus hogares con más gozo y agradecimiento que si hubieran obtenido un gran botín.”Para este buen hombre era cada vez más evidente la gran necesidad de publicar una mayor cantidad de Biblias en galés. El asunto se discutió entre sus amigos en Londres y después no poca consideración, en 1804 se formó una nueva organización denominada The British and Foreign Bible Society (Sociedad Bíblica Británica y Extranjera). Entre los primeros partidarios de esta iniciativa estuvo William Wilberforce, el gran activista contra los horrores de la trata de esclavos. La visión de esta nueva Asociación era no sólo proporcionar Biblias en galés, sino en tantos grupos lingüísticos del mundo como fuera posible. 

La vida adulta de Mary 

En 1813 Mary contrajo matrimonio con Thomas Jones en la iglesia de Santa María, Talyllyn. Thomas era tejedor y juntos establecieron su hogar en Cwrt, un pueblo muy activo en la fabricación de lana y telas. Pronto les nació un niño al que llamaron Lewis, seguido de Mary, Jacob, John y Ebenezer (Benny). Mary y Thomas habrían de necesitar el consuelo que Dios da a Su pueblo por medio de Su Palabra porque con el paso de los años iban a sufrir muchas penas. Lewis murió a los 18 años; Mary a los 18 meses aproximadamente; Jacob a los 15 y Ebenezer murió joven (no se sabe a qué edad). En 1826 nació otra hija a la que llamaron Mary, pero lamentablemente también murió a los cinco años.

Tres de esas muertes se debieron al flagelo de la tuberculosis (TB), que en aquellos años arrastró a tantos jóvenes a una muerte prematura. De sus seis hijos, sólo John llegó a la edad adulta y más tarde emigró a Estados Unidos. En 1849, Mary perdió también a su marido a causa de la tuberculosis. Esto no solo fue una gran pérdida para ella sino también para la iglesia donde Thomas era Anciano, la Capilla de Belén, Bryncrug. 

A veces surge la pregunta: ¿Sabía Mary Jones que se había formado una nueva Asociación como resultado (al menos en parte) de su determinación de ahorrar durante años y luego recorrer ese largo camino para conseguir una Biblia? Es muy probable que sí, ya que ella conocía bien al reverendo Charles y para cuando él murió, en 1814, la nueva Sociedad tenía ya diez años de haber sido fundada, período en el cual se habían publicado gran cantidad de Biblias en una amplia variedad de idiomas. Al final de su vida Mary Jones vivió en una casita de campo al final de una hilera de viviendas adosadas en Bryncrug. Tristemente, poco a poco fue perdiendo la vista al punto que ya no pudo leer su querida Biblia. Fue entonces cuando una joven de Bala llamada Lizzie Rowlands, vino a Bryncrug a trabajar como tutora y Mary, al enterarse de que había alguien de Bala en el pueblo, inmediatamente entabló amistad con ella. A menudo Lizzie muy amablemente leía la Biblia a Mary para animarla. En cierta ocasión, recordando sus años de adolescencia, Mary le contó a Lizzie sobre aquel día memorable en que fue a Bala en busca de una Biblia. 

Lizzie Rowlands nos dejó un interesante relato sobre los últimos días de Mary. “Tenía casi 80 años, era pequeña, delgada y completamente ciega desde años atrás. Vivía en una casita pequeña y miserable, la más pobre en la que he estado, con piso de tierra, amoblada con una pequeña mesa, una vela de junco y dos o tres taburetes de tres patas. Llevaba un viejo vestido galés, una enagua y una bata de dormir, un delantal de lino grueso y un gorro blanco. Para salir a la capilla usaba un «Jim Crow» (un sombrero de fieltro suave), una capa azul tejida a mano, una capucha y además, llevaba su bastón en la mano. En invierno solía llevar un farol con ventanillas de carey, no para alumbrarse, pues no veía, sino para que los demás la vieran.”

En diciembre de 1864, el alma redimida de Mary pasó de la tierra al cielo y sus restos mortales fueron enterrados junto a la tumba de su marido, en la parte trasera de la capilla de Belén, Bryncrug. Una lápida de mármol marca el lugar y lleva la siguiente inscripción en inglés y galés:

En memoria de Mary Jones, que en el año 1800, a la edad de 16 años, camino desde Llanfihangel- y-Pennant hasta Bala para obtener una copia de una Biblia en galés del Reverendo Thomas Charles, B.A. Este incidente dio lugar a la creación de la Sociedad Britanica y Extranjera.

Una inscripción similar se encuentra en un obelisco erigido en el centro de las ruinas de Tyn-y-Ddol, la casa en la que Mary Jones vivió en su niñez. 

Una Sociedad Bíblica sólida 

Tras la muerte del reverendo Thomas Charles en 1814, se produjeron ciertos cambios lamentables en la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera. Algunos que formaban parte de la Sociedad no creían en la Trinidad, importante doctrina bíblica que se refiere a Dios revelado en tres Personas iguales en la Divinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo (ver 1 Juan 5:7). Los que negaban la Trinidad también se negaban a creer que Jesús era el verdadero Hijo de Dios. Para abordar este problema se organizó una reunión especial el 7 de diciembre de 1831 en Exeter Hall en Strand, Londres, a la cual asistió una gran multitud y donde se tomó la decisión de crear una nueva organización: la Sociedad Bíblica Trinitaria. Es así como, de manera indirecta, debemos considerar a Mary Jones, amante de la Biblia, como precursora de nuestra Sociedad. 


La Biblia de Mary Jones

Por último, quizás te preguntes qué pasó con las tres Biblias que Mary Jones compró al reverendo Thomas Charles. Hace algunos años fui a la Biblioteca de la Universidad de Cambridge y me mostraron una Biblia que tenía estas palabras en la contraportada: 

“Compré esta Biblia en el año 16 de mi edad. Soy hija de Jacob Jones y Mary Jones, su esposa. Que el Señor me conceda su gracia. Amén. Mary Jones. Es la propietaria legítima de esta Biblia. Comprada en el año 1800. Cuando tenía 16 años.” 

Qué interesante… ¿Aprendió Mary Jones a leer en inglés además de en galés? Es muy posible, sin embargo, el hecho de que el galés fue su lengua materna explicaría por qué su ortografía y redacción en inglés son irregulares. Tal parece que durante toda su vida solo utilizó la Biblia en galés. 

Otra “Biblia de Mary Jones” se conserva en la Biblioteca Nacional de Gales, en Aberystwyth. La tercera probablemente se la llevó su hijo John cuando emigró a Estados Unidos. 

Como hemos visto, Mary Jones vivió en una zona muy remota del Reino Unido, pero su amor por el Señor y Su Palabra resplandeció de tal forma que produjo resultados maravillosos en todo el país. Es muy aleccionador para nosotros saber que hoy día, así como Mary, en algunas partes del mundo incontables personas sienten el mismo amor y anhelo por la Biblia. 

Fuente:Sociedad Bíblica Trinitaria

Nota:
Desde este enlace  de Google Drive, puedes descargar el artículo completo en PDF, incluye fotografias y referencias, más el libro de 78 páginas, "Mary Jones y su Biblia", escrito por Ditteke den Haan, con ilustraciones de Ella van der Bas-Bakker. También disponibles en nuestro canal en Telegram (t.me/nexocristiano)




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